martes, 21 de junio de 2011

*mitad*

Ella quiere escribir...pero algo le angustia, no sabe que es... y en vez de empapar con letras el papel lo hace con lágrimas de colores...lágrimas tan diversas como su propia confusión.


Lágrimas, lágrimas colapsadas de anhelos, aspiraciones y miedos, y la indecisión abrazada a los desenfrenados deseos y la pasión,... pasión; la mejor amiga de la transpiración y la respiración entrecortada, que mientras pasan los segundos de miradas cómplices e ininterrumpidas, dan como acto seguido los susurros y las promesas incumplidas de amores eternos… típicamente secreteadas al quisquilloso oído menguante que cambia de parecer como cambian las noches estrelladas.

Ya en un estado de completa pero confusa frustración sierra su cuadernillo, apaga su lámpara y cierra sus ojos esperando el descanso y como es de suponerse el otro día, pero cada segundo es una eternidad...Profunda, desconocida...pero increíblemente cercana y se aferra a ella, con la vista fija en el desconsuelo, y como un niño frente a la inmensidad del miedo se vuelve a entregar; preguntas y recuerdos aparecen como diapositiva en su mente ya tan agotada, busca en ella la respuesta, la respuesta a su repentina incapacidad; las lágrimas vuelven a escena, dejando caer su cuerpo a las ya congeladas baldosas insensibles en su flagelo; las interrogantes aparecen… y su historia no se completa ¿por qué?; porque ella misma no lo está.

La noche y el sueño de apoderan del momento… y llega la oscuridad y las lágrimas pierden su protagonismo inicial.

La conciencia y un extraño ser llamado Dios aparecen en su mente, había escuchado hablar de Dios, pero ¿Quién era en realidad?... no lo sabe…

Pasaron más que años, pasaron más que décadas, pasaron más que siglos…Entonces en ese momento decide no esperar más por su mitad...decide averiguar que es e ir en su búsqueda, ya no quiere continuar esperando a la respuesta que ya nunca llegará, y se aferra a las únicas fuerzas que le quedan y que no perderá por nada... lo único que viva la mantiene es la intriga y la ansiedad de ser completada, de saber, de conocerse, de crecer…y de volver a amar.

Escalando las murallas que ella misma construía en su inconsciencia, entregada a la resignación y al abandono... comenzó a tratar de escalar el primer paso fue levantar la cabeza, y comenzó a sentir pero no solo eso si no que comenzó a aceptar el riesgo de sentir; hasta en los espacios más íntimos de su alma busco, hasta debajo de su cama trajino en busca de lo perdido y de repente de manera inesperada de reojo en la búsqueda de sí misma la vio...a ella, a la mitad que le faltaba, lo que buscaba...

Y lo más bello fue que ya no era dolorosa simplemente era…ella, lo que tubo y perdió en un momento, en un hoy y un ahora lo recupera…y por consiguiente ¿sabes que encontró?... paz.

jueves, 2 de junio de 2011

*Buscando-te*.

Después de girar mil veces  mirando la luz del foco del parque como se encendía y se apagaba, comencé; a caminar desde el verde pasto hasta la rejilla de él, rodeándola, siguiéndola como buscando su fin, pero no; caminaba mirando la arenilla, lento, muy lento,  con las piernas letargosas; con mi teléfono en una mano... y en la otra una rama de algún árbol o arbustillo que encontré en algún lado; tac... suena, el choque de la rama con la reja... no paro de hacerlo sonar; y a medida que avanzo el sonido se hace más frecuente y menos doloroso el silencio. Me distraigo un segundo; un tipo viene en bicicleta, viene en dirección hacia mi… no le puedo ver el rostro;  ya está oscureciendo y mi vista no es de las mejores.
A lo lejos se ve… hermoso, pero a medida que se acerca a mí su belleza va cambiando, se vuelve  más humana, humana como yo. Me detuve un segundo, el segundo que él paso por mi lado, me detuve solo por el viento; el viento que me arrojó, junto con un poco de polvo que levanto con la rapidez que paso; esperando sentirlo, sentir algo más, más que el olor a tierra húmeda, quería sentirlo a él; pero creo que sentí absolutamente nada.
Volteé a verlo...,  me volví cuando mi vista ya no lo pudo seguir, volví a caminar.
mire mi reloj de mano, pero no vi la hora; ya estaba obscureciendo, tac sigue sonando la reja, lo había olvidado; mis dedos se  comienzan a dormir por el frio, mis mejillas están ruborizadas, sigo caminando sin sentido ni dirección, fingiendo que tengo destino e incluso futuro, pero sé que solo lo hago para hacerme creer que lo hago, o que lo pienso,  cuando en realidad... solo pienso en que no sé qué pensar, no sé qué decir, no sé qué  hacer... ni si quiera se que sentir...; me detengo.
Me recuesto en el único banco que queda debajo de los almendros, ya es de noche...  hay luna nueva,  el cielo está limpio gracias a las lluvias de días atrás, las estrellan brillan más que de costumbre hoy, cruzo los brazos bajo mi nuca y mis piernas se duermen, ya han andado bastante, dejo caer mi bolso bajo la banca; nuevamente comienzo a pensar; a dudar.
Mis ojos se comienzan a cerrar lentamente, ya estoy al borde de la inconsciencia… el cansancio y el sueño me envuelven y mi mente actua...   Pienso de repente en alguien que creo conocer, algunos le llaman Dios, otros no lo sé… me quedo meditabunda ante un cielo completo para mi…pienso que, quizás las respuestas a mis preguntas…
 Quiero que tú, inclines tu oído para escucharme… tú, el creador de todo, todo lo que veo y todo lo que toco, todo lo que amo y todo lo que me confunde, todo lo que beso y  lo que me acaricia, todo lo que me mira y lo que me habla, todo lo que se queda y lo que se marcha… quiero que me escuches, quiero que me hables y poder oírte, sentirte a mí lado.
Quiero ser la bailarina de lo que algún día sueño tener, y recibir rosas rojas cuando se baje el telón de mi vida… y cuando ya no pueda inclinarme a agradecer los aplausos de mi obra, saber que estarás ahí conmigo.
Ups, despierto de mi, un perrito me lamio la cara…creo que es hora de caminar a casa, mi teléfono comienza a sonar, me buscan, lo más probable es que me encuentren, nunca había pasado la noche en un parque, los rayos del sol me tostaron la mirada… mamá y papá me mataran, pero mi vida no termina ahí…tomo mi bolso, me lo cruzo, guardo el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta y tomo mi ramita; tac, vuelve a sonar la reja mientras la recorro nuevamente, pero esta vez  sí busco algo, con un sentido y una dirección…busco y busco, igual que al principio, pero ahora sé lo que busco, la salida.
Nassca Alanna <3!